Advertencia: tu comida, como el país, es una mierda

Mauricio Cabrera
4 min readAug 25, 2020

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La suma no hace más que consolidar el modelo. Es tiempo de juzgar sin atenuantes. De decirnos por qué no cuando antes nos decíamos por qué sí. Es para efectos informativos. De conciencia. Y para el cuidado de la salud. Pero ni todos esos beneficios me quitan de la cabeza el fastidio que provoca la condena a todo lo que nos rodea. Hoy las Sabritas y los Cheetos están malditos. Los Choco Krispies son un atentado a la salud. Los Hershey’s, una mentada de madre en calorías. La comida en México es la nueva presunta culpable.

No está mal el objetivo. Pero sí la ejecución. Porque otra vez se parte de los negros y blancos más que de los análisis particulares que requiere nuestra nutrición. Los grises que necesitamos no están en el empaque de un producto. Tendrían que estar en las aulas en que pasamos de niños a adultos. En la información para comprender que un chocolate puede no condenarnos a la obesidad si somos capaces de equilibrar el resto de nuestra dieta. En que unas Ruffles cada cierto tiempo no nos van a hacer engordar la estadística de las personas con sobrepeso. Otra vez faltan procesos. Capacidad de interpretación. Hoy ir al supermercado llama a no comprar nada, a no comer nada o al blindaje frente a tanta advertencia que o te quita las ganas de saciar tu hambre o te hace inmune porque todo lo que encuentras tiene exceso de algo

Es un etiquetado muy de nuestros tiempos. Muy de la sociedad de cristal en que vivimos. Si las redes son ese escenario de linchamiento público que no conoce de sutilezas ni análisis a profundidad para explicar el porqué de cierto comportamiento, los carritos de compras se convertirán en una nueva oportunidad para linchar con la ciencia por delante al gordo que aún viéndose al espejo decide tragarse una canasta básica llena de excesos. Inconscientes que o ya son un caso perdido o van camino a serlo.

Se dirá de nuevo que el gobierno ya hizo lo suyo. Si hay sesenta mil muertos por el Coronavirus, asegura Gatell, no es porque su estrategia de contención haya fallado, sino porque la gente no le hizo caso y salió a las calles. Con el nuevo etiquetado en los alimentos, si termina habiendo cada mes más mexicanos obesos, que seguro ocurrirá, no será porque el gobierno no hizo lo suyo, como queda consignado en el empaque, sino porque la gente siguió tragando porquerías pese a las advertencias.

El nuevo etiquetado olvida que una pieza de información no es más que una parte de un proceso mucho más profundo para transformar hábitos y costumbres. Asumir que el aviso de exceso en los empaques será suficiente para resolver un problema igual de gordo que nuestra población es tan absurdo como pensar que porque se conoce que un barrio es inseguro dejará de haber asesinatos dado que la gente decidirá no salir a las calles. Para que los mexicanos comamos mejor, hace falta que sepamos interpretar esa información y que mientras se construye esa conciencia se habiliten formas de acceder con mayor facilidad y a mejor precio a alimentos que se libren de esas advertencias que los condenan en público pero que seguirán siendo consumidos en privado.

En un país en el que todos somos corruptos, en el que todos somos cabrones y en el que todos somos pendejos, es natural que todos los productos tengan exceso de algo. Y que los que se salvan, no sepan bien. Que sean intrascendentes, insípidos. Superfoods de los que la gente ni siquiera ha escuchado hablar. Verduras que conforman esa maldita sopa que de niños nunca queríamos comer. Todo lo que mamá quería que comieras hasta antes de que se diera cuenta de que era más fácil darte los azúcares y las grasas que tu paladar necesitaba.

El Gansito y el Peperami hoy están aprendiendo a sentir lo que sienten los linchados de ocasión en los trending topics de Twitter. Para bien o para mal, saldrán de esta. Les tocó a ellos. Pero también a tantos más que a final de cuentas nos terminaremos diciendo que la comida, como el país, está hecho una mierda. Así, sin matices, pero eso sí, con la etiqueta que sirve como muestra del trabajo cumplido del gobierno.

Ya que llegaste hasta el final, es posible que quieras saber qué podemos hacer juntos. Aquí te dejo una serie de ideas y áreas en las que podría colaborar con tu negocio y te recuerdo el modo de suscribirte a mi mailing list, en el que comparto textos sobre la vida, sobre los medios y sobre todo aquello que me llama la atención de nuestro mundo. También te invito a The Muffin, newsletter semanal con insights sobre lo más relevante que ocurrió en la semana tanto en los medios como en el marketing en México, Latinoamérica y el mundo. Si es tu primera vez leyéndome, puede que no conozcas The Coffee, mi podcast sobre marketing y medios. Aquí puedes escucharlo.

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Mauricio Cabrera
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Written by Mauricio Cabrera

Storyteller, escritor, conferencista y analista de nuevos medios. Hago un newsletter sobre marketing y medios. Tengo mi propio podcast.

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