Crea un caos productivo

Mauricio Cabrera
3 min readJul 25, 2019

--

No descartes tus ideas. No pienses que son impulsos que volverán. Atiéndelas antes de que se vayan, o de que las entierres a partir del olvido. Que el tiempo no sea limitante. Que tu voluntad no cree solo por necesidad. Que lo haga por gusto, aún cuando parezca que las horas ya no te alcanzan para avanzar.

Nunca estorba un proyecto. Nunca está de más. Y sí, habrá quienes te digan que es mejor que te concentres en uno. Que te dediques en tiempo y alma a esa idea que piensas que te cambiará la vida. Y es cierto, en esencia, pero no como absoluto, porque de esas otras ideas e iniciativas que tengas llegarán las lecciones y el aprendizaje que necesitas para que tus demás proyectos empiecen a funcionar. Y más importante aún, las ganas de mantenerte en lo que estás haciendo sin que llegue el día en que te sientas fastidiado de estar encasillado en ello.

Suena caótico, incluso lo es. Pero es que el verbo hacer nace con nosotros. Un creativo que no hace acaba frustrado. Por eso debe hacer cuanto quiera y a la hora que quiera. Es su manera de evitar las distracciones. Aunque parezca contradictorio, es más productivo para un creativo desviarse de lo que está haciendo y crear algo nuevo que maniatarlo para que esté enfocado en una sola cosa. El nivel de rutina es directamente proporcional a su nivel de desgaste emocional. Y si se desgasta, se va. Abandona. Renuncia.

Un creativo vive de su libertad. Entre más lineamientos, menos productividad. Y sobre todo, menos inspiración. Si eres tu propio jefe, que deberías serlo, encárgate de alimentar tu curiosidad. De no convertirte en un maquilador de tu propio arte, porque entonces llegará la fecha en la que no disfrutes más lo que haces. Aunque sea un negocio, aunque te aplaudan aunque te feliciten en la calle por lo que haces.

Hacer en grandes cantidades no significa crear sin rumbo. Se trata de consolidar un modelo de desorden productivo. De aprender a trabajar bajo impulsos y objetivos controlados. Muchas iniciativas que se complementan, nunca se entorpecen. Si hoy quieres explorar un concepto ilustrado, trabaja en tres o cuatro entregas en un mismo espacio, sin interrumpir esa tarea por otra hasta que la cumplas. Si quieres escribir tres columnas de tu proyecto de superación, hazlo de golpe, sin permitir que tu cerebro se distraiga con alguno de los pensamientos o responsabilidades que tienes en la cabeza.

Si en tu vida diaria te tomas el tiempo de comer, entretenerte, trabajar, dormir y pasear a tus perros, a tu vida creativa le debes dar el mismo tratamiento. Un espacio para consolidar un proyecto que llevas tiempo desarrollado; otro espacio para detonar la materialización de una idea que te ha venido a la cabeza; otro más para hacer aquello que no disfrutas tanto pero paga la mayoría de tus cuentas. Y así sucesivamente hasta que logres cubrir todas las necesidades e inquietudes creativas que tengas.

No tengas miedo a sumar ideas. Tampoco a convertirlas en proyectos. No te exijas demasiado, pero sí exígete ir avanzando al ritmo que puedas y quieras con cada uno de ellas. En la sensación de crecimiento encontrarás un detonante extraordinario para seguir generando más. Es un círculo virtuoso del que ya nunca querrás salir. Sé desordenado. Atrévete a hacer lo contrario a lo que te dicen. Siempre habrá más oportunidad de éxito siendo distinto que actuando como una más. Recuerda, sí eres un caos. Un caos productivo. Un desorden que trasciende.

--

--

Mauricio Cabrera
Mauricio Cabrera

Written by Mauricio Cabrera

Storyteller, escritor, conferencista y analista de nuevos medios. Hago un newsletter sobre marketing y medios. Tengo mi propio podcast.

No responses yet