¿Cómo ser millonario escribiendo un newsletter?

Para el futuro, el pasado. Una contradicción tan cínica que es sencillo descartarla. Pero abundan las pruebas de que ese puede ser el camino. De que para el mañana debes hacer lo que se supone que ya sabes hacer, pero que quizás olvidaste porque empezaste a librar batallas que pensabas tuyas aunque en realidad has ido descubriendo que no eran más que producto de una mala lectura de la industria en la que estabas.

La culpa ha sido del medio que no ha sabido diferenciarse. De los números que entre más grandes son más adictivos. De las inercias de imitación que hoy construyen el negocio de plataformas pero no con frecuencia el de periodistas que se miden en el día a día frente a cualquier creador de contenido, es decir, frente a cualquiera que tenga un smartphone a la mano.

Para los medios, salvo por los fuegos artificiales que lanzamos cada que sale un publisher a decir que ha sumado unos cuantos miles de suscriptores, lo que se lee suele ser un tanto desesperanzador. Si lo individualizamos, el golpe es aún más severo. Despidos, recortes y emprendimientos improvisados porque el desempleo ha golpeado a la puerta. Tan escépticos nos hemos vuelto de lo que hacemos que incluso los anuncios que parecen positivos y las valuaciones que hablan de negocios extraordinarios son recibidos con escepticismo. Uno que, por cierto, suele validarse cuando…