Día 0: ¡Gracias Virgencita, tendremos nuestro tercer Mundial!

Mauricio Cabrera
5 min readJun 14, 2018

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*El del 5 es un newsletter diario que realizaré durante la Copa del Mundo. Pero no es sólo eso. También espero que sean ustedes los que me ayuden a darle más de cinco toques a la pelota. Quiero que diario hagamos una cadena de opiniones. O si lo quieren ver futboleramente, que se note el trabajo en equipo. Y para hacerlo hay dos formas, suscribiéndose, comentando y compartiendo.

Virgencita plis

Por la Virgencita, por la historia, por el consuelo. México es el de siempre. El que busca símbolos para creer. El que espera milagros encomendándose a Dios. El que celebra que la Tota Carbajal cumpliera 5 años, aunque el éxito viniera acompañado del hecho de ser uno de los más goleados en la historia de los Mundiales. El que festeja ser uno de los países con más participaciones, aunque sea para quedarse donde siempre. Y sí, también el que se emociona por ser el primer país que organiza tres Copas del Mundo, aunque sea con sólo diez juegos, aunque sea con Estados Unidos y aunque sea como el blanco favorito de Trump. Al pueblo pan y circo; a México, símbolos para creer. Como éste del 2026, un maquillaje del primer mundo para el rostro desgraciado del tercero.

Me cago en la leche

Me gustaría que la Federación Española tuviera razón. Que los impulsos pudieran más que la sensatez. Que el orgullo venciera a la templanza. Pero la vida no es así. Los fríos, salvo en la cama, casi siempre derrotan a los calientes. Y bajo esa realidad, es un error echar a Lopetegui. Es comprensible el ardor. Se entiende la molestia. El tipo acababa de renovar. Tenía un compromiso hasta el 2020. Pero de pronto, porque el Madrid es el Madrid, la patria fue lo de menos. Quisiera que Hierro la rompa. Que se demuestre que la cabeza que hierve sirve más que la prudencia. Pero eso no pasa. No en el mundo real. Además, lo de Lopetegui es lo de cualquier español. Para ellos, el Madrid es el Madrid, el Barça es el Barça y La Roja una farsa nacionalista.

Con tus memes hablará el espíritu

Que un sociólogo estudie los memes. Que analice los traumas mexicanos detrás de las bromas. Circula por grupos de WhatsApp una imagen dividida en tres. Muestra a Pelé levantando la Copa en México 1970. A Maradona en 1986. Y a Diego Laínez en 2026. Cuánto humor en un jotapege. Cuánto masoquismo detrás de ese deseo encubierto de chiste simplón sólo para no revelar el dolor que nos provoca presentir que en 2026 no será Lainez el que levante la Copa. Que tampoco ningún otro mexicano. O quizás sí. Pero en el FIFA, ahí donde también preferimos la ficción.

Si vas a Rusia, cubres una Copa del Mundo

Me estoy haciendo viejo. Lo sé porque antes el éxito profesional se contaba con Copas del Mundo y Juegos Olímpicos cubiertos. Si habías ido a más de cinco, eras leyenda. Si no habías cubierto ninguno, era posible que fueras un simple jalacables. Pero ahora cualquiera cubre una Copa del Mundo, unos Juegos Olímpicos y hasta un atentado terrorista. ¿Qué significa cubrir? ¿Estar ahí y contar historias? Si la respuesta es afirmativa, entonces al término de Rusia 2018 habrá 60 mil 302 nuevos periodistas mexicanos que cubrieron el Mundial, e incluso más si contamos que un buen porcentaje de los 88 mil que irán desde Estados Unidos son también mexicanos. Que no se diga que no somos un país que sabe de futbol. Que no se diga que no tenemos buen periodismo. Ahora todos cubrimos un Mundial, aunque no hagamos más que historias sobre nosotros en Instagram. Sí, lo confieso, escribo con ardor en las manos y en la cabeza, pero también con amor a ese periodismo que hoy se entiende como facultad de cualquiera. Desde que nacieron los influencers se acabaron los periodistas.

Los descalzos de Trump

El Mundial es una mentira muy bien contada. Habla de unidad, pero siempre divide. Habla de globalización, pero los grandes casi siempre vencen a los chicos. Habla de amor por el deporte, pero es el negocio más descarado del mundo. No es novedad que los villanos ganen. Maradona se hizo leyenda con un engaño. Putin se llevó la Copa aunque odia a los homosexuales. Trump se apuntó la del 2026 aunque piensa que su socio para organizarla está lleno de violadores y bad hombres. Y como a Donald nada le basta, dejó sin zapatos a Irán. De la palomita de Nike al tache. En la Copa del Mundo, los poderosos desnudan a los chiquitos

¡Hasta mañana!

Mauricio Cabrera
@macafut

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Mauricio Cabrera
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Written by Mauricio Cabrera

Storyteller, escritor, conferencista y analista de nuevos medios. Hago un newsletter sobre marketing y medios. Tengo mi propio podcast.

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