El conocimiento también te estanca
Tan importante aprender como la capacidad de desprenderte de ello. Los conocimientos, y en particular las técnicas para implementarlos, no son más verdades en piedra que deban ser intocables. Ante los cambios en la forma de consumir y la versatilidad del negocio detrás de los contenidos, incluso lo que llegamos a dominar tiene fecha de caducidad.
Las industrias se transforman a grado tal que son muchas las máximas que se vuelven obsoletas. El divorcio de siempre entre el contenido y las ventas, por citar un ejemplo, es una práctica en desuso. Para algunos olvidarla puede ser tan complicado como los años en que fueron machacados en la escuela con el mensaje opuesto: editorial y ventas no se tocan.
Hemos de promover la liquidez del conocimiento. De comprender que los pilares de lo que sabemos pueden viajar con nosotros a donde sea para encontrar una reinterpretación a partir de las nuevas realidades que enfrentemos. O eso o morir con nuestras ideas, lo que si bien suena a muerte honrosa no deja de representar nuestra salida del mercado.
El primer aprendizaje que debemos desaprender es el de la estructura de nuestra propia educación. No más la división entre vida profesional y vida educativa. Hoy podemos crear desde niños. Hoy podemos estudiar al día siguiente de salir de la universidad sin pagar cientos de miles de pesos por una universidad. Hoy somos seres humanos que así como acumulamos horas de entretenimiento podemos acumular, renovar e incluso desechar lo que ya sabemos para abrirnos a nuevos descubrimientos.
El desaprendizaje es necesario en dos vías. Como elemento transformador de reglas que antes no aceptaban cuestionamientos y como agente de cambio respecto a nuestros propios métodos de trabajo. Pasa en la creatividad, pero también en el deporte y en la vida. Serena Willams tuvo que hacerlo, y en cierto modo, que padecerlo. Entre el 2011 y el 2012 su reinado se derrumbó. Pasó de ser la tenista número uno del mundo a estar fuera del top 10 para el 2012. Sus problemas no se resolvieron hasta que el entrenador francés Patrick Mouratoglou se atrevió a cuestionar su estilo de juego. Le explicó que su juego era lento, que al momento de impactar la pelota siempre se encontraba fuera de balance. Serena aceptó la retroalimentación. Cambió de entrenador. Desafió y modificó mucho de lo que sabía y de lo que en el pasado la había llenado de éxito para poder reinventarse. Y lo consiguió.
Sea cual sea la industria en la que te encuentres, identifica qué métodos, estrategias y verdades han dejado de serte útiles. Es posible que no logres innovar por querer seguir haciendo lo de siempre. Es posible que estés desesperado pensando que no tienes opciones cuando lo único que tienes es una cabeza llena de conocimientos que no van más con lo que hoy necesitas. Atrévete a desaprender. De cuando en cuando vale la pena tirar lo que no sirve de esa caja llamada cerebro para incorporar lo que ahora sí que necesitamos como herramienta de trabajo y de superación.
*La historia de Serena y muchos otros ejemplos más de desaprendizaje se encuntran incluidos en “Unlearn: Let Go of Past Success to Achieve Extraordinary Results”
