El esclavo de las ideas

Mauricio Cabrera
4 min readSep 25, 2018

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No lo hagas por amor al arte. No lo hagas sólo porque sí. Y si lo haces, que sea con socios que piensen como tú. Que se arriesguen como tú. Y que sean tan idealistas como tú. O eso o resígnate a cerrar un muy buen negocio. Para todos, menos para ti.

A los creativos nos pasa lo que a los perros cuando les ponen enfrente una pelota. Tanto amamos las ideas que firmamos lo que sea con tal de hacerlas. Y como estamos acostumbrados a generar muchas ideas, terminamos por devaluarlas hasta que son un regalo para el que no hace más que poner el dinero. Es astucia de ellos. Pero también estupidez de nosotros. O soberbia, que es peor.

Con las ideas también aplica que calidad es mejor que cantidad. He conocido personas que defienden una mala idea con tal perseverancia que cuando menos convencen a sus papás de invertir en ella. He visto triunfar a gente que no tiene más que unas cuantas buenas ideas durante toda su vida. Y que, ante la escasez, se aferraron a lo que tenían hasta convertirlo en un negocio. Y también el otro extremo. El de tal abundancia creativa que lleva al despilfarro intelectual, a las malas negociaciones y a la frustración de que sean otros los que terminan beneficiándose. Otra vez, como dice Barry Schwartz, más es menos.

No es poco frecuente que al creativo le falte amor propio ante potenciales inversionistas. Así como a un financiero dejan de impactarle cifras de millones de dólares por manejarlas como parte de su día a día, a los creativos se nos escapa que lo que nosotros podemos producir en grandes cantidades es lo que otros necesitan para poder crecer su fortuna. Visto desde nuestra perspectiva, una idea es tan común que su valor no debe ser tan elevado. Lanzamos cifras pensando en crear. Exigimos montos pensando en el producto. Se nos olvidan la casa en la playa, los restaurantes de alta cocina y el saldo millonario en la tarjeta. Eso en lo que sí piensan los que tienen como objetivo final la acumulación de dinero. Mientras nosotros amamos la subjetividad del producto perfecto, ellos aman la exactitud del dinero en la cuenta bancaria. Ellos nos ganan en astucia.

No es que el materialismo triunfe. Es más bien que los recursos permiten pensar más y crear más. El dinero visto no como un acumulador de bienes sino como un generador de posibilidades es un aliado para que nuestras ideas no nazcan buscando quién los financie. Desde ahí empezamos a perderlas. Desde ahí estamos dejando que otros se adueñen de lo que acuñó nuestro cerebro. Y si además fallamos en la repartición, las ideas acaban siendo de todos, menos nuestras. La contradicción de que un cerebro libre e inquieto acabe siendo esclavo de sus ideas.

No lo hagas por amor al arte. No sólo por eso. Y si pese a las advertencias lo haces, entonces ve a tu rimo. Sin pensar en que necesitas millones para acelerar tu proyecto. Sin pensar que el dinero de otro será el que haga despegar lo que tú concebiste. Porque si eso pasa, entonces sí triunfará el materialismo. Y no el materialismo tuyo, que consistirá en un sueldo competitivo y en acciones simbólicas de una idea tuya que como empresa no fue tal, sino el de los otros. El de los que sí pensaron en la casa en la playa, el de los que sí pensaron en las vacaciones millonarias, el de los que sí pensaron en dinero más que en el producto. El de los que no lo hicieron por amor al arte.

Nota del autor

Escribo en Medium por amor al arte. Pero al menos estoy consciente de que aquí ni Evan Williams se está beneficiando de mis textos. Con frecuencia lo que hacemos por amor al arte es lo que más disfrutamos. Por eso digo que hay que hacerlo, pero no sólo por eso. O que cuando menos tengamos la calma para entender que hay ideas nuestras que nacieron como liberación creativa y que otras nacieron para ser negocio. No permitas que éstas últimas acaben siendo de todos, menos tuyas. O eso o viajar en retrospectiva para entender que tu esfuerzo de años no te sirvió más que para pasar del Sonora Grill al Sonora Grill Prime.

Hace tiempo les dije que una vez al mes enviaría el Nutsletter, que recopilará los textos de mi autoría que más impacto hayan tenido y algunas recomendaciones sobre lecturas o hábitos para incrementar nuestra capacidad de crear y de ser productivos. Si les interesa recibirlo, escríbanme a maca@storybaker.co.

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Written by Mauricio Cabrera

Storyteller, escritor, conferencista y analista de nuevos medios. Hago un newsletter sobre marketing y medios. Tengo mi propio podcast.

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