El filtro del dolor creativo

Mauricio Cabrera
2 min readMay 24, 2021

Cuando más duele es cuando más avanzas. Es ahí cuando muchos se detienen. Cuando se dicen que no van más porque el cerebro, el cuerpo y el ánimo no responden. Esos instantes, aunque dolorosos y oscuros, son la mayor fuente de luz en el futuro dado que es ahí donde radica la diferencia entre los que persisten y los que abandonan.

Desertar es tentador. Olvidar los compromisos hechos con uno mismo es una opción siempre latente, a la mano para cuando queramos activarla. Una mala noche, un corazón roto, el autoestima que está por los suelos. Nuestra productividad al servicio de las emociones, como una veleta sin voluntad propia. El filtro del dolor creativo y de la indisposición.

Sostengo siempre que para ser un creador prolífico hay que saber estar, saber aprender y saber compartir. De las tres facetas, ninguna tan complicada como la primera. Las variables son internas y externas. Las métricas públicas que no se dan. Los sueños internos que no se cumplen. El amor propio que escasea. La continuidad que cuando sabe a rutina se vuelve tediosa.

Siempre, invariablemente, llega el momento de pensar que no se quiere seguir, que lo que hacemos no vale la pena, que no es suficiente. En esa hora oscura, no hay elogio que baste ni satisfacción que renueve. Hace falta pasar por el túnel que en apariencia es infinito. Aferrarse al volante mientras no hay más…

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Mauricio Cabrera

Storyteller, escritor, conferencista y analista de nuevos medios. Hago un newsletter sobre marketing y medios. Tengo mi propio podcast.