El networking de tu trabajo
El mejor networking es tu trabajo. Concéntrate en hacer lo que sabes. En darlo a conocer. Y en producir tal cantidad de piezas que provoquen que para nadie interesado en los temas que abarcas puedas pasar desapercibido.
Debes alterar el ciclo. Provocar que lo que habitualmente saldrías a vender sea más bien visto como una solución que tienes a la mano para cuando alguien se interese en ella. Es un soft sell especializado. Sé de lo que hablo. Lo hago. Lo analizo. Y lo comparto. Y aunque suena absurdo compartir aquello por lo que podrías cobrar, esa es la mejor llave para conocer a las personas que te ayudarán a desarrollar tus ideas, que te invitarán a sus propios proyectos y de las que podrás descubrir nuevas oportunidades y ejecuciones.
No tengas miedo de aportar conocimiento sin que detrás haya una inversión de la otra parte. Lo que digas y pienses carece de valor sin ejecución. Detrás del gesto de compartir está no solo la oportunidad de atraer ojos e intereses en ti, sino también la de explorar continuamente lo que piensas, sabes e ignoras a partir de esas charlas que pareciendo reiterativas acaban por llevar a la interiorización y reinvención de los conceptos que llevas en la cabeza.
El conocimiento que se comparte se fortalece en automático. Equivale a someterse a una rutina de ejercicio que aunque ya domines puede debilitarse si dejas de trabajarla. No subestimes lo que sabes. No magnifiques lo que ignoras. Tu sabiduría vale. Tu ignorancia está tan cerca de ser atendida como el tiempo y disposición que decidas ponerle para que deje de serlo.
Aprende en vivo. Ten siempre a la mano una cámara, un micrófono o un teclado. No para que seas exhibicionista. Sí para que la forma de mostrar tu trabajo sea también la mejor manera de repasar lo que has aprendido y descubierto a lo largo del tiempo. Cuando tú construyes sobre lo que sabes estás haciendo un acordeón, uno de esos cuadros sinópticos o mapas conceptuales de los que te valías para aprobar un examen.
No hace falta que toques puertas. Hace falta que las abras con la fuerza de tu trabajo. Debes estar listo para que te descubran. Y para que una vez que lo hagan, no quieran dejar de trabajar contigo. Si te basas en compartir lo que sabes hacer, todos la pasarán mejor. El comprador que sabe lo que obtiene. El vendedor que ha mostrado su producto de múltiples formas. El tiempo que te has ahorrado en un pitch de 5 minutos para presumir tus credenciales. Crea, comparte y construye. Tres pasos con networking incluido.