eLiga MX, entre la novedad y más de lo mismo

Mauricio Cabrera
4 min readApr 10, 2020

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El deporte sometido a las mismas presiones de las personas. Con ese conflicto existencial que provoca dudas respecto a cuánto está dispuesto a transformarse para cumplir con sus objetivos. No se salva ni la disciplina más vieja del mundo ni la más nueva de las modalidades. El hilo conductor es el entretenimiento. Cómo atrapar a una audiencia inquieta que en cualquier momento puede desecharlo. Si un influencer no para de hacer bromas para entretener, el deporte o se encarga de provocar una lluvia constante de emociones o seguirá viendo el rating caer porque pueden más los desafíos en tik tok, los linchamientos en Twitter o las imágenes utópicas de una vida perfecta en Instagram. No es solo que el futbol y la NFL deban comprender que noventa minutos de juego o dos horas y media son demasiado para una sociedad con una capacidad de concentración de ocho segundos, es que ahora los videojuegos no solo tendrán que crearse pensando en conquistar la atención de los gamers, sino también de los millones de espectadores que estarán esperando un show que los mantenga atentos a la pantalla. No es suficiente con ser bueno. Se necesita ser adictivo.

La eLiga MX representará ese primer gran momento de exigencia para los videojuegos como objeto de consumo televisivo en México. La oportunidad masiva le llega antes de tiempo. Una ocasión patrocinada por el Coronavirus. Donde no habían triunfado ni los datos ni las tendencias, triunfó la urgencia por tener contenido futbolero. Y una vez que la memoria se cansó de honrar el pasado en la cancha, el negocio miró hacia las consolas y se dijo que ahí había espacio para entretener mientras la pelota sigue arrinconada esperando que la liberen. De pronto el FIFA, ese que tanto ha provocado peleas de pareja por no llegar a tiempo para una cita, ese que nos permite manejar por un momento el destino de futbolistas que ni dejando de jugar dejan de ganar dinero, tendrá que dejar de ser un juego casero para convertirse en el producto estelar de unas televisoras urgidas de rating. Al FIFA le toca competir contra El Profesor, contra Tokio y contra Nairobi, contra las caricaturas y hasta contra sí mismo, porque habrá muchos que a la hora de los partidos se contagien de ganas de jugar sin que les interese ver a futbolistas famosos convertidos en gamers cualquiera. El que juega es creador de contenidos. El que mira es espectador. Como en las redes sociales, pero ahora en los videojuegos.

La transmisión no es novedad. Hace tiempo que los eSports, sobre todo las grandes franquicias como League of Legends, Fortnite y Overwatch, registran grandes números a nivel mundial. Lo que sí es novedad, y ocurre por el hueco a tapar más que por una certeza de que los esports estén listos para entrar en la escena masiva mexicana, es que la llave se abra para intentar conquistar no a esos millones que pertenecen al nicho gamer, sino a las familias mexicanas en su totalidad. Desde hoy que comienza la eLiga MX se buscará que padres e hijos se entretengan viendo a dos personas jugar. Que los abuelos muestren cuando menos la curiosidad natural de preguntar quién está jugando. Que el aficionado de nueva generación decida que el amor por su equipo vale a grado tal que lo seguirá tanto si está jugando en el mundo virtual como si participa en un torneo de canicas. Y para conseguirlo, el juego no es suficiente. El éxito de la eLiga MX, como el de todos los que creamos contenido, no pasará tanto por el producto en sí mismo, que lo conocemos bien, sino por el modo en que se empaquete ese producto. La capacidad de las televisoras y de los propios futbolistas para mostrar sus reacciones será clave en un show que de no contar con la narrativa correcta más allá del juego acabará teniendo una repercusión letal sobre el resultado de la eLiga MX como producto. Se requiere autenticidad, que las televisoras no acostumbran tener. Se requiere informalidad, que las televisoras tampoco acostumbran tener. Y se requiere ver al futbolista en su faceta más humana, lo que muchos jugadores no saben hacer. El combo de exigencias es alta. El resultado, incierto.

La transformación es la constante. Al jugador le toca experimentar su conversión en entertainer en un futbol que no es del todo futbol. Será una prueba para ver sus alcances como un generador de entretenimiento. A los eSports les corresponde validar ante una ocasión inesperada que pueden meterse en las casas de todo un país. Y a las televisoras que son capaces de lograr que los videojuegos se vean no solo en plataformas digitales, sino también a través de sus señales, mucho más habituadas a lo de siempre que a lo desconocido. Es un desafío para la industria mediante un combo tan atractivo pero peligroso. Ver jugar a los mismos de siempre, pero donde no son profesionales, garantiza convocatoria mas no espectáculo. Escuchar narrar a los de siempre garantiza familiaridad, pero no modernidad. La eLiga tendrá que ser la validación de una hipótesis, pero para en verdad hablar de eSports seguirá haciendo falta que se juegue con los profesionales del futbol en las consolas y que se cuente con los profesionales de la narración y el análisis en los videojuegos. El futbol, o la falta de él, abre la puerta a los eSports. Toca entrar y demostrar que estamos listos para crear un nuevo producto.

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Mauricio Cabrera
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Written by Mauricio Cabrera

Storyteller, escritor, conferencista y analista de nuevos medios. Hago un newsletter sobre marketing y medios. Tengo mi propio podcast.

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