La bondad de escucharte
Acepta quién eres. Sigue tu intuición. Escuchar la opinión de terceros no te hará más que dudar respecto a tu propia identidad. Conócete tanto como para que lo que cualquiera diga de ti no importe porque tú sabes lo que quieres, hacia dónde vas y cómo planeas lograrlo.
No hay nada más volátil que lo que otros piensan de nosotros. A ellos no les interesa tu historia. Ni tus sufrimientos. Ni tus éxitos. Ni siquiera tus experiencias. Su opinión sobre ti estará basada en aquello que más les convenga en el momento acorde a sus necesidades, posturas y momentos emocionales. La objetividad se acaba cuando los intereses se cruzan, o peor aún, cuando colapsan con los tuyos.
No te sorprendas si un día eres calificado de genio y al siguiente de impostor. No es que hayas dejado de serlo. Es solo que ya no les conviene decírtelo. O quizás nunca lo fuiste, solo que entonces algo ganaban de estarte elogiando. Las opiniones tienen su dejo de verdad, pero también sus múltiples razones para ser expresadas. Y es ahí, en esa maraña de aspiraciones y conveniencias, que se contamina la percepción de otros hasta transformarse en una contradicción respecto al modo en que antes te habían calificado.
El hilo conductor eres tú. El resto es solo un ruido pasajero que no tiene por qué trascender en tu vida. Restarle importancia a la opinión de terceros no significa que te pienses perfecto o que vayas por la vida asumiendo que haces lo correcto. Solo significa que tomarás el control de tu vida para seguir haciendo aquello que te hace bien, para corregir aquello que has hecho mal y para actuar como tu mente y tu alma te lo dicten desde lo mas profundo de tu ser.
Abraza lo que te corresponde. Asume el desafío de lograr lo que buscas. Vive pensando en ello. Lucha por la felicidad, por tus sueños y por tu realización. En ese camino enfócate en ti. El resto no es más que un ruido que cambia a conveniencia. Que puede aplaudirte cuando no lo mereces. Que puede abrazarte cuando menos lo necesitas. Que puede condenarte sin siquiera darte la oportunidad de explicar lo ocurrido. Que puede quitarte el respeto para llevarte a la descalificación. Si dejas que eso gobierne tu vida, estarás viviendo para otros. Y al final, incluso si haces lo que otros piensan que es lo correcto, ellos dejarán de estar a tu lado.
Es a ti a quien debes escuchar. Es a ti a quien debes poner atención. Que te digan genio o farsante es secundario. Que te consideren buena o mala persona es secundario. Si eres capaz de construirte a ti mismo, estarás aprovechando la vida que te ha sido dada. No sabes por cuánto la tendrás, más vale que le saques el máximo provecho.
