La pesadilla de Kruger

Mauricio Cabrera
4 min readJun 12, 2020

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Se escribe así, sin e después de la u. Si fuera justo, el título tendría que ser la pesadilla de Dunning-Kruger, pero me he tomado una licencia para explicar lo que me quita el sueño. No hablaré de Freddy sino de Justin. Bueno, de Justin y de David, al que omití en el título en aras de atrapar la atención. A él, y a David, se les ha ocurrido concluir y demostrar lo que Darwin alguna vez había dicho mas no comprobado: que la ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento,

Kruger y Dunning, al que he de nombrar de aquí en adelante como reconocimiento a su trabajo, ganaron el premio Nobel en el año 2000 por ese estudio. Lo que desconocían es que Internet se convertiría en la prueba irrefutable de que aquello que ellos validaron con estudiantes de psicología se convertiría en una pesadilla más digna de Freddy que de Justin. El efecto Dunning-Kruger, su efecto, se transformaría en el motor que llevaría a gente incompetente a ser popular. Y todo por una incapacidad metacognitiva para reconocer su propia ineptitud.

La pesadilla de Kruger empieza a gestarse cuando se entiende que las redes sociales son un escenario público al que hay que subirse sin que importe la calidad que tengas. Hasta antes de la democratización de los escenarios públicos, el proceso consistía en prepararte para llegar a ellos. Tu presentación en sociedad venía precedida por horas de preparación. Pero una vez que el escenario se convirtió en una posibilidad de todos, competentes e incompetentes tienen las mismas posibilidades de subirse. Y como los primeros ya conocen lo suficiente como para concluir que, a su juicio, aún no están listos para presentarse, son los segundos los que corren a tomar la oportunidad. Los competentes se quedan mirando. Los incompetentes se hacen virales.

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Ha de reconocerse que el conocimiento no ha sido nunca el factor decisivo para el éxito o no de las personas. De hecho, es más bien de nicho. Unos cuantos que se reúnen para argumentar lo que saben y preguntar lo que desconocen. Influyen más las relaciones que se tengan con las personas correctas y la capacidad de estar en el lugar y momento indicados. Pasa en las escuelas donde el que más sabe acaba relegado. Pasa en las oficinas donde es más querido el que se relaciona con todos que el que construye estrategias que promueven un cambio. Y pasa en las redes, donde puede más el incompetente que se sube pretendiendo que sabe que el competente que duda tanto de sí mismo que nunca termina por subirse.

La popularidad no la alcanzan los mejores, la alcanzan los que se atreven. La pesadilla de Kruger exige vencer inseguridades históricas que vienen desde que en su vasto conocimiento Sócrates concluyera que sólo sabía que no sabía nada. Si él hubiera vivido en la época de las redes, no se hubiera subido al escenario. Otro, incompetente y sin el freno que sus propias capacidades le sugerían a Sócrates, hubiera ocupado su lugar. A nosotros nos pasa lo mismo y nos ocurre en un momento en el que nuestros dichos y hechos la tendrán más difícil para sobrevivir a la historia. Vale entonces la pena aferrarnos a la incompetencia que tengamos, que según cada caso será mucha o poca, para atrevernos a subir al escenario y buscar hacernos de un lugar que otros están tomando.

La culpa no es de los incompetentes. Ellos se suben al escenario asumiendo que saben. Lo hacen sin pena. El conocimiento lo obtienen de Google, de Wikipedia y hasta de Yahoo! Respuestas. Ya con el tiempo descubren que algo saben porque la consistencia de sus publicaciones los exponen a información que hacen suya mientras también se hacen de seguidores. Cuando veas a un especialista viral que más que eso te parece un incompetente popular, no veas en él a un farsante, sino a alguien que a partir de una incapacidad metacognitiva encontró el valor para hacer lo que tú no has hecho. La pesadilla de (Dunning) Kruger se supera siendo parte de ella. Abraza tu incompetencia y súbete al escenario. Después de todo, como atestigua Sócrates, no importa qué tanto te prepares, siempre acabarás con nuevas preguntas que te harán postergar el momento de subirte al escenario.

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Mauricio Cabrera
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Written by Mauricio Cabrera

Storyteller, escritor, conferencista y analista de nuevos medios. Hago un newsletter sobre marketing y medios. Tengo mi propio podcast.

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