La tridimensionalidad del ser creativo

Deja de concentrarte en lo que las redes te demandan. Elige lo que te funciona. Encuentra el equilibrio que no quieren que tengas. Su negocio es el de atrapar tu atención tanto como puedan. No les importa si te suman o te restan. Se limitan a darte caramelos para que te engolosines sin que tengas la capacidad de decidir cuándo es suficiente. Al excederte, lastimas tu tridimensionalidad, atentas contra tu rol como creador de contenido y contra la audiencia a la que pretendes agregarle valor.

Tu bienestar es más que publicar todo el contenido que puedas. Aunque las notificaciones te recuerdan en todo momento que te están esperando y aunque Gary Vee tenga razón al decir que crear mucho contenido es la mejor forma de darte a conocer, para en verdad contar historias que trasciendan hace falta que dejes de depender de solo una de las partes que componen tu capacidad creativa. Saber estar, saber aprender, saber compartir. De lo último hacemos mucho. Compartimos contenido hasta cuando no tenemos que hacerlo. Estamos atentos al algoritmo, a los likes, al alcance, a los follows y a los unfollows. Lo demás, por no ser público y por ocurrir en el anonimato, está fuera de nuestras prioridades, como algo, si acaso, incidental, que puede o no ocurrir.

Son muchos los que imitan no por convicción sino por pensar que aquello que le funcionó a otro es el camino fácil…