Las tentaciones no se quedan sin batería

Mauricio Cabrera
3 min readOct 5, 2020

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Toca renunciar. Decirnos que no aunque podamos. Aprender a imponernos esos límites que antes estaban dados por el entorno, pero que ahora, ante la digitalización de nuestras vidas, han de ser respetados a partir de nuestra más pura convicción. Y eh ahí el problema, dado que no hay nada más endeble que nuestra capacidad de mantenernos firmes en el no cuando en realidad queremos decir sí.

El extravío de nuestra atención no ha hecho más que validar nuestra propia vulnerabilidad. Somos frágiles desde la cuna. Débiles ante las tentaciones. Distraídos por un instinto que antes usábamos para no ser cazados, pero que ahora se convierte en el detonante que oprimen las grandes tecnológicas para que caigamos ante las trampas que nos van poniendo en aras de secuestrar nuestra atención.

Somos niños recibiendo caramelos para que hagamos lo que las plataformas quieren. Y esos dulces, seleccionados por los algoritmos, no fallan en sabor ni en presentación. Están hechos a la medida con la única intención de que nos atiborremos de ellos aunque no los necesitemos. El smartphone es una pasarela de tentaciones. Una y otra y otra más. Cuantas sean necesarias para que tú te mantengas cautivo y para que tu vida se cuente en interacciones digitales.

La tentación portátil no es la única con la que tenemos que lidiar. Apagar el smartphone no será suficiente para recuperar la calma. A los llamados tangibles, que son esos que podemos ver, como las notificaciones y los mensajes, se suma la ansiedad del subconsciente. El problema ya no es tanto que tengamos o no encendido el smartphone, sino que nuestro cerebro relaciona nuestras posibilidades de éxito en la vida con la necesidad de estar conectados a toda hora y en todo momento. A los caramelos visibles hay que sumar los invisibles, emociones e ideas que nos hacen pensar que estar desconectados implica en cierto modo renunciar a que nuestra obra y talento sean reconocidos por el mundo. El teléfono puede no estar en nuestro bolsillo. Puede no tener batería. Y podemos hacer como que no pasa nada. Pero en el fondo seguimos inquietos pensando que lo necesitamos.

Si la creación de hábitos pasa por desarrollar un entorno que favorezca su adopción, la de la vida gobernada por nosotros mismos dependerá enteramente de nuestra voluntad. Esta vez no habrá atajos. No podrás alejarte del fuego. Las tentaciones en estos tiempos no se quedan sin batería. Puedes apagar el smartphone. Puedes dejarlo en un cajón. Pero tus amigos te hablarán de lo que te estás perdiendo. Las noticias se relatarán a partir de posteos en redes sociales y te preguntarás cómo es que te permitiste no saber de ellos. Tarde o temprano, volverás al teléfono porque éste hace más fácil tu vida aún aceptando que también la hace más difícil. Y entonces tendrás que ir contra la vulnerabilidad humana. Tendrás que ser fuerte. Tendrás que gobernarte. Tendrás que aprender a decir no aunque en el fondo quieras decir sí. El ser humano ya no puede alejarse del fuego para no quemarse, le queda la fuerza de voluntad como única arma para vivir la vida como quiere vivirla. Si hubiera que apostar, apostaría por los algoritmos.

Ya que llegaste hasta el final, es posible que quieras saber qué podemos hacer juntos. Aquí te dejo una serie de ideas y áreas en las que podría colaborar con tu negocio y te recuerdo el modo de suscribirte a mi mailing list. También te invito a The Muffin, newsletter semanal con insights sobre lo más relevante que ocurrió en la semana tanto en los medios como en el marketing en México, Latinoamérica y el mundo. Si es tu primera vez leyéndome, puede que no conozcas The Coffee, mi podcast sobre marketing y medios. Aquí puedes escucharlo.

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Written by Mauricio Cabrera

Storyteller, escritor, conferencista y analista de nuevos medios. Hago un newsletter sobre marketing y medios. Tengo mi propio podcast.

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