Lo que las corporaciones no pueden hacer

Enfócate en tus ventajas. Hagas lo que hagas saldrán competidores. Muchos querrán que tu oportunidad sea la suya. Si no ocurriera y estuvieras solo en el camino, quizás sería porque aún no lo estás haciendo bien. En cuanto empiece a ser notorio lo que haces, estará quien piense que lo puede hacer mejor que tú. Más vale que estés preparado.

Emprender tiene sus ingratitudes. Recorres kilómetros en solitario para que de pronto lleguen otros a querer aprovechar el campo que tú has abierto. Y estarán decididos a ganarte. Sin el cansancio del que tuvo que abrir candados para pasar. Como el corredor que es alcanzado por el pelotón.

Ocurre a todos los niveles. Contigo que descubres un nicho. O con Uber que desafió todas las leyes vehiculares a nivel mundial. Siempre, invariablemente, llegan otros a querer apropiarse de lo que asumes como tuyo. Ni siquiera Facebook, pese a que en todo momento busca comprar a los que ve como competidores, pudo evitar que otros llegaran a invadir su territorio.

Cuando llegue ese competidor te sentirás robado. Querrás descalificarlo por lo que hace. La diferencia entre el emprendedor y el líder corporativo es el nivel de pasión que involucra por el proyecto que dirige. Te enojarás hasta que la presencia de ese competidor te resulte habitual. Y entonces verás que pudiste sobrevivir a pesar de su existencia.

También puedes llegar a sentirte derrotado. Si de verdad estás descubriendo un nicho, de algún modo una corporación querrá atraparlo. Seguro que te sentirás impotente por pensar que el proyecto de uno o unos cuantos no puede competir contra una macro empresa. Pero habrá, aunque no lo veas al principio, una oportunidad detrás de la llegada de ese jugador. Él estará haciendo publicidad y dándole relevancia a un sector que tú dominas. De algún modo, estará incrementando el valor de ese mercado. Será entonces cuando debas especializarte aún más para que lo que ofrezcas no lo tenga nadie, mucho menos esa corporación que por su naturaleza misma no podrá ir al detalle.

Enfócate en tus ventajas. En que eres rápido. En que más valen cinco personas dedicadas por completo a un tema que una corporación dedicando sólo una parte de su tiempo a lo que tú haces. En tiempos de oferta excesiva, gana el que es obsesivo con el detalle, el que respeta los tiempos y necesidades de su audiencia. Si eres fiel a tu nicho y profundizas como nadie, competirás y ganarás sin que el tamaño de una corporación sea suficiente para acabar contigo. Y, si esa es tu intención, cuando terminen de darse cuenta quizás acabarán queriendo comprarte. En realidad tienes todo para ganar.