Los mexicanos que se mintieron a sí mismos

Netflix es inocente. La culpa la tienen los mexicanos. Si la Casa de las Flores se hizo tan viral como para que la gente decidiera simular que hablaba bajo los efectos del tafil, no es porque Netflix hubiera producido una obra maestra, sino porque atendió la fórmula que siempre ha gustado en el humor mexicano. El de mostrar familias tan adineradas que la mayoría sólo verá a través de la pantalla, el de reírse de los estereotipos y el de exagerar comportamientos y actitudes para que a nadie le quede duda del chiste que se está contando.
Pasa que la sutileza nunca ha sido el punto fuerte de los mexicanos. Más vale lo evidente que lo que desafía al intelecto. Que sea un contenido que se digiera sin esfuerzo. Que no haga falta paladear para entender los sabores de ese platillo visual que nos están entregando. O como dice la filosofía popular: peladito y a la boca, aunque después -seguro que pasará-, nos quejaremos de la obesidad que nos ha provocado el contenido basura.
Raúl Velasco no fue un visionario poniendo a Luis Miguel y a Verónica Castro en el escenario. Tampoco Netflix reviviéndolos en un México que vive negando a las figuras mediáticas que han impactado en su cultura. Si Verónica Castro está más viva en la escena mediática que en los tiempos en que conducía Big Brother es porque las transformaciones de la audiencia consisten en haber pasado de un dispositivo a otro, pero no en el fondo de las historias que quieren consumir.
México engaña a través de las apariencias. Si La Casa de las Flores hubiera sido un producto de Televisa, muchos de los jóvenes que tuitean y hasta publican Instagram Stories con el reproductor de Netflix preparándose para mostrar un episodio de la serie ni siquiera se hubieran atrevido a reconocer que la estaban viendo. Y si la hubieran visto, habrían encontrado el modo de estigmatizarla a partir de un símbolo que les permitiera ir por las redes burlándose de quienes la veían. Como la luz que acompaña a la Rosa de Guadalupe. El último producto exitoso de Televisa convertido en meme, porque esa es la única manera de promover un gusto culposo cuando éste lo produce la misma televisora de la que estamos hartos. Sí por haberse declarado en su momento al servicio del PRI, sí por manipular elecciones y maquillar información, sí por hacer circo para el pueblo, pero sobre todo porque reconocer que vemos lo que produce nos pondría la etiqueta de pobres, en el mejor de los casos, y de nacos, en el peor escenario para una sociedad fragmentada en clases.
Netflix, que cada vez se parece más a Televisa, no se detendrá en su búsqueda por expandir su presencia en México. Para eso hará lo de siempre. Para eso producirá contenidos de los que se supone que estábamos hartos. Ya viene Belinda como Mariah Carey en la nueva temporada de Luis Miguel. Ya volverán los domingos por la noche de Luis Miguel, como antes los de Siempre en Domingo. Ya vendrá Club de Cuervos con sus descuidos de producción que en nada le afectan porque con buenos chistes se resuelve todo. Y es lo que debe hacer, porque la audiencia manda. Y porque el mexicano no sabe lo que quiere, o peor aún, le avergüenza lo que quiere.
La transformación de Netflix es la misma que la de MTV. Llegan con sus formatos originales. Son aspiracionales, reflejo de éxito. Aprovechan el boom inicial para meterse en la cabeza de los early adopters mexicanos, que por lo general son los de clase media-alta, y después se transforman en lo de siempre. ESPN en México es el TV Azteca de los noventa. No porque quiera serlo, sino porque la audiencia mexicana se lo demandó. Fox Sports es peor que un reality show conducido por Carmen Salinas. No porque a los productores les parezca que André Marín es el mejor periodista deportivo de México, sino porque la audiencia consume gritos, insultos y hasta humillaciones.
El momento de Netflix un día caducará. Y lo hará porque los mexicanos acabaremos volviéndonos a sentir avergonzados de lo que consumimos. Diremos, entonces sí, como si no lo hubiéramos visto venir, que Netflix ya es el nuevo Televisa. Adoptaremos Amazon Prime como alternativa. Nos gustará al principio, haremos trending topic una comedia protagonizada por Lucia Mendez o por Facundo y al final diremos que ya se parece demasiado a Televisa. No entendemos que el error no es de los generadores de contenido, es de las audiencias. O eso o reconozcamos que no hay error de ninguna parte, que la Casa de las Flores, Club de Cuervos y una serie con Belinda como novedad principal es justo lo que necesitamos.
Nota del autor:
Martes y jueves. Con calma, pero con recurrencia. Tres artículos publicados en la última semana y media. Seré hombre de palabra, tanto escrita como oral. Escríbanme a maca@storybaker.co si tuvieran un tema del que les interese mi opinión. Y si no, síganme en Twitter @_macacabrera