Nunca vas a ser feliz

Mauricio Cabrera
4 min readJul 17, 2019

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Abraza lo que vives. Acepta tu realidad. Adáptate a ella. Mientras más busques la felicidad, menos la vas a encontrar. Porque si siempre la estás buscando, nunca alcanzarás a comprender que, en cierto modo, ya la tienes. Tanto te acostumbraste a querer más que olvidaste tener. O lo que significa tener.

El problema es que tu realización la dejas en manos de terceros. Piensas que ser como otros te acercará a encontrar tu propósito. A sentirte pleno. A encontrar tu lugar. También piensas que un objeto material te dará la calma o la satisfacción que necesitas. Y llega a funcionar, lo sé porque lo he hecho. Pero me ha dado resultado por cinco minutos. Si acaso por diez. O por un día. Pero la realidad es que esa alegría artificial tiene fecha de caducidad más próxima que la puesta del sol. Comprar la más reciente versión del iPhone me dio una satisfacción de cinco minutos. Ponerme una chamarra nueva me emociona la primera, y quizás la segunda o la tercera vez, pero después empiezo a sentir que se ha ido desgastando, o que necesito comprar una playera, una camisa o unos zapatos para en verdad poder lucirla. No entres a esa dinámica. Y si lo haces, hazlo sabiendo que nunca será suficiente.

Hay valor en el sacrificio. La libertad más pura consiste en elegir y renunciar. En decidir qué es lo que queremos y qué es lo que no necesitamos para sentirnos plenos. Lo escribe Mark Manson en su nuevo libro. Lo explica con un experimento que valida cómo la búsqueda de la felicidad no nos traerá más que decepción. La prueba, realizada por científicos de Harvard, Darthmouth y la Universidad de Nueva York, consistió en colocar frente a distintos grupos de estudiantes una muestra de mil puntos con distintas gamas de azul y morado. La gente debía elegir cuáles eran los azules. La primera etapa la cumplieron con éxito. Pero a partir de entonces, los científicos fueron reduciendo la presencia de puntos azules hasta llegar a que la gran mayoría fueran morados. Las respuestas de los estudiantes fueron incapaces de reflejar esa realidad. Es más, en las últimas doscientas pruebas, los estudiantes catalogaban como azules aquellos puntos que al comienzo habían calificado como morados.

Para comprobar el aprendizaje, los científicos realizaron pruebas con una serie de caras generadas por computadora. Los participantes debían elegir entre las caras amenazantes y las que no lo eran. Y la historia se repitió: al principio sabían diferenciar, pero acabaron calificando a rostros que antes no les parecían amenazantes como amenazantes.

¿Cuál es el significado del estudio? Que nuestro cerebro no actúa a partir de la razón sino que parte de una serie de estímulos previos que determinan nuestro pensamiento. De ahí que en un mundo cada vez más evolucionado la sensación más generalizada es que cada vez estamos peor. Nuestras convicciones, concluye la investigación, se van recalibrando hasta hacer imposible que, a nuestros ojos, la pobreza sea erradicada. En cuanto se da una reducción de ella, nuestro cerebro adopta como pobreza aquello que antes no le parecía tal. Lo mismo con la violencia. O con el concepto de sana alimentación. En resumen, nunca es suficiente.

No hacen falta puntos azules y morados para que lo entiendas. Piensa en cómo vivías hace diez años y en cómo vives ahora. Piensa que antes podíamos pasar días enteros sin conexión al teléfono. Y sí, nos llegaba a preocupar, pero nos resultaba permisible. Ahora sufrimos cuando no tenemos conexión por una hora. Piensa que antes solo podías pedir pizza a domicilio. Ahora tienes toda una gama de opciones, y aún así llega a pasar que te sientes frustrado porque no te apetece nada del catálogo. Piensa que antes esperabas una semana para ver el nuevo episodio de una serie de televisión. Ahora, tienes toda la oferta de Netflix y Amazon bajo demanda, y aún así necesitas algo más porque no encuentras nada lo suficientemente bueno como para dedicarle tu tiempo.

El exceso no es el camino. Elige un marco para tu vida. Determina qué necesitas para ser feliz y construye a partir de él y en él. Solo así, con una certeza que esté blindada ante las múltiples opciones que nos regala el capitalismo, podrás encontrar esa felicidad que tanto llevas buscando. Y que quizás ya la habías encontrado, solo que la recalibraste a grado tal que padeces la misma crisis existencial de siempre. O peor. Porque más es siempre menos.

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Written by Mauricio Cabrera

Storyteller, escritor, conferencista y analista de nuevos medios. Hago un newsletter sobre marketing y medios. Tengo mi propio podcast.

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