¡Querida, juanfutbol tiene su dona en Krispy Kreme!

Mauricio Cabrera
6 min readJun 1, 2018

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Mira con atención lo que haces. Míralo las veces que sea necesario. No aceptes el primer concepto. No te quedes ahí. Tu trabajo es más que un mensaje inmediato. Es la oportunidad de llegar a lugares insospechados. La oportunidad de ser lo que tantos te dicen que no eres.

Ser diferente implica sufrir. Explicar a los demás por qué haces lo que haces. O por qué sientes lo que sientes. Incluso por qué piensas lo que piensas. Les pasa a los homosexuales queriendo hacer entrar en razón a los conservadores. Les ocurre a los que, como yo, segregamos dopamina de manera distinta. Y también a proyectos que desde el primer minuto reciben descalificaciones de ojos acostumbrados a ignorar la oportunidad detrás de lo desconocido. Es más fácil encajar. Existir como grasa del todo, no como sustancia de lo único.

Las preguntas incomodan. A veces por venenosas. Otras más por repetitivas. Y a juanfutbol le tocaron de las dos. A unos minutos de su nacimiento, un programador del típico sitio de noticias (ya saben, con título, foto, cuerpo de la nota, botones de redes sociales y un nombre sacado de las ideas trilladas que siempre surgen al primer pensamiento), nos hizo la primera pregunta. “¿Tanto para eso? Esperaba más de ustedes, no que sacaran un blog”. En su cabeza, blog era cualquiera plataforma que mostrara contenido que no fuera presentado como un artículo periodístico. Si se podía ver una infografía sin el texto introductorio de rigor en el cuerpo de la nota, era un blog. Si mostraba ilustraciones en vez de la fecha, el lugar y el nombre del reportero enviado al campo de entrenamiento, era un blog. Si no hacía falta recurrir a un clic para ir a ver más contenido, no había duda, era un blog. Para él, lo desconocido era un blog, o un post si es que nos ponemos exigentes. Y juan, sin duda, le era desconocido. Tanto que necesariamente debía ser definido como un blog.

El fracaso de juan en la cabeza de este programador era inminente. Es un blog, se llama juan y tiene más dibujos que texto, concluía tras un análisis hecho a partir de la experiencia que tanto daño le había hecho. Su error es tan común como el número de personas acostumbradas a descartar lo nuevo. Como muestra, los periodistas que prefieren morirse con la suya que adaptarse, los vendedores que siguen pensando que el cliente siempre tiene la razón, aunque vaya su marca de por medio, y los que van por la vida recomendándote que mantengas el foco porque cualquier nuevo objetivo es una pérdida de tiempo. Si no te cuidas, los prejuicios de otros acojonan. Si crees en lo que haces, los prejuicios de otros son tu ventaja competitiva. Y un día los que tantos prejuicios tenían serán tus más fieles y vulgares imitadores.

Muchos pensamientos mueren ante el acoso de lo improbable. Me ha tocado estar en juntas donde la gente no cree en sus propias ideas. Les da miedo el problema de llegar al cómo. Les atemoriza porque piensan que a continuación vendrá el rechazo, pero también porque en el fondo no quieren hacerse responsables de una nueva exigencia. “¿Para qué hablé?”, he llegado a escuchar tras juntas en las que alguien se arrepiente de haber hablado por el simple hecho de que la propuesta derivó en más trabajo para él. Lo asumen como si fuera un castigo, no una recompensa. O al menos una oportunidad.

Los grandes momentos de juanfutbol han ocurrido en lo insospechado. De no haber pensado que un blog, para decirlo en términos del Sr. Smith (llamado así como una representación del genérico en Matrix) o del programador (para seguir con mi anécdota contra los paradigmas establecidos), era capaz de convertirse en un personaje animado y de ahí en una caricatura que se transmitiera a través de Cartoon Network para toda Latinoamérica, nunca nos hubiéramos asociado con Mighty para provocar que un medio de comunicación se convirtiera en una marca. Pesos y centavos aparte, hoy puedo presumir haber tenido un proyecto que lo consiguió. Y que incluso compitió en certámenes internacionales de animación.

También en ese terreno de lo ilusorio está la llegada de juanfutbol al Nieman Lab de Harvard. De haber aceptado que sólo los gigantes tecnológicos eran capaces de desarrollar plataformas propias, nunca hubiéramos lanzado Atom, nuestro concepto interno de Stories, que presentamos incluso antes de que Instagram se convirtiera en Snapchat y mucho tiempo antes de que muchos periodistas entendieran lo que podía hacerse con el concepto. El reconocimiento vino de lo más alto. Y otra vez, más por el atrevimiento que por ser unos genios.

Yo no sé si la fe mueve montañas, pero sí que la convicción mueve proyectos. Pasa a gran escala, pero también en pequeñas dimensiones. Lo que un día es un derroche al siguiente día te convierte en visionario. Cuando pedí que grabaran cada uno de los partidos del juanfutbol club (nombre oficial del equipo de la empresa), no había quien quisiera grabar. O grabamos o jugamos, decían. Pero acabaron grabando. Y les acabó gustando. No sólo a los que ya formaban parte del equipo, sino a los que ahora se suman y besan la playera sólo porque jugar en el equipo representa una exposición semanal que es dopamina pura para el ego. El juanfutbol club hoy tiene su base instalada de fans, puede autonombrarse como el quinto grande y tiene villamelones tanto dentro como fuera de la cancha. La irresponsabilidad de asignar recursos a lo que no se debe convertida en un activo que puede monetizarse. Y monetizarse bien, no haciendo el logo más grande o regalando posteos.

A ese programador quisiera encontrármelo por las calles. O mejor aún, afuera de un Krispy Kreme. No para reclamarle, sino para agradecerle. Entre más gente haya como él, más efectivo es el resultado de pensar diferente. Y digo que afuera de un Krispy Kreme porque desde hoy y durante las próximas semanas estará disponible la dona de juanfutbol a nivel nacional. Me gustaría verlo a la cara. Estoy seguro que su confusión será mayúscula. Ahora resulta que un blog no sólo hace dibujitos ni infografías, también sabe a algo. En este caso a chocolate y a mucho futbol. Suena a que debe incluirlo en su currículum: (2018) descubrí que un blog también puede comerse.

En retrospectiva, el ciclo mundialista de juanfutbol ha sido fantástico. Yo que no sé nada de cocina, puedo decir que gracias a él pude platicar con el chef que diseña y realiza todas las donas de Krispy Kreme en México. Yo que no sé animar ni dibujar, puedo decir que pude reunirme con uno de los estudios de animación más fuertes de México y hacerme amigo de sus creadores. Yo que soy un escritor frustrado que no había publicado más que en Medium y en medios deportivos, puedo ir a librerías y encontrarme un libro ilustrado, contado como ningún otro. Un libro de mi autoría y de todos los que colaboraron días y noches enteras por verlo en los anaqueles. Yo que soy un fanático del FIFA y un crack (aunque eso lo digo siempre antes de los partidos porque después los resultados me desmienten) cumplí el sueño de ver a juanfutbol dentro del juego. Yo que tengo largo recorrido en bares de todo tipo, puedo presumir que durante el Mundial estará abierto el juanfutpub. Y que también, como en cada proyecto, acabarán sumándose los que no le veían futuro al blog, ya no como bar, ni siquiera como blog.

Sé que es mucho pedir. Que quizás eso sólo pasa en las películas de Sarah Michelle Gellar o con los platillos más extraordinarios de los mejores chefs del mundo, pero me gustaría que la dona de juanfutbol, además de estar rellena de chocolate y mucho futbol, supiera a ideales y a emprendimiento, que provocara un deseo natural por hacer las cosas distinto, por ver lo imposible como un desafío y nunca como una utopía.

Cuando tengas la dona de juanfutbol en tus manos, obsérvala. Mira sus ojos y su boca. Recuerda cómo es su pelo. No te quedes con la primera respuesta ni con el primer sabor. Mírala y pruébala cuantas veces quieras. Hazlo hasta que entiendas la verdadera magia del blog que se hizo dona. Esa magia que no se explica con los millones de pesos que deja un Mundial, sino con los proyectos insospechados que cambiaron la vida de quienes los hicimos y de quienes lo consumieron. Este ciclo mundialista ha valido la pena. Supo, como la dona, a pura gloria.

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Mauricio Cabrera

Storyteller, escritor, conferencista y analista de nuevos medios. Hago un newsletter sobre marketing y medios. Tengo mi propio podcast.