Respeta los límites de tu audiencia

La magia de tu nicho está en sus límites. Muévete dentro de una caja. No te salgas de ella. El libertinaje es una de las máximas tentaciones del emprendimiento digital. También uno de los más grandes errores. Es un conflicto existencial que más que partir del corazón parte de la ambición. Del querer más para que el camino sea más rápido. Del desear lo que otros tienen. Del crecer por crecer aunque la calidad vaya de por medio.
El sitio de futbol que quiere hablar de otros deportes. El de política que se quiere colgar de wellness. El de entretenimiento que de cuando en cuando sufre un golpe de conciencia y entonces quiere abandonar el chisme para ponerse serio. El influencer que un día quiere mandar un mensaje profundo y acaba exhibido porque se revela lo que todos saben, que de los conflictos sociales que afectan al mundo entiende muy poco. Es un juego que quita más de lo que da. Una estrategia de corto plazo que más temprano que tarde acabará revirtiéndose como bumerán para la reputación de tu marca.
No es que un usuario tenga solo un interés. Es más bien que las decisiones de expansión de negocios en digital suelen estar más vinculadas a la oportunidad comercial que a las necesidades de los lectores. Sí, existen gustos complementarios. Pero la decisión de cubrirlos tiene que incluir parámetros de calidad que hagan ver al usuario que aquel es un intento legítimo por servirlo, no por robarle más tiempo del que de por sí invierte contigo. El que quiere ser todo termina siendo nada.
Tu nicho no necesita anabólicos para crecer. Si en verdad lo entiendes, sabrás que sus motivaciones son diferentes a las que rigen una apuesta de alcance. Es en esas particularidades y no en las generalidades donde estará la clave para que tú sigas conquistando a los que tienes y atrayendo a los que aún no te descubren. Cuando atiendes un nicho, no necesitas más que el descubrimiento para que un usuario decida quedarse contigo. Como si siempre lo hubieras esperado. Y como si él siempre te hubiera estado buscando.
Los nichos son más de relaciones largas que de one night stands. Lo que produces para ellos no vive ni muere un solo día. Se convierte en un activo que le hablará al que te descubre en el momento que sea. Porque está ahí, como una solución a la mano para el que sea que te esté consumiendo. Porque cuando ese usuario ponga tus ojos en ti, tu trabajo anterior validará que ha encontrado el lugar indicado para saciar sus necesidades. Será un match automático con una serie de citas ocurriendo al momento, entendiendo éstas como ese punto en que un usuario recién llegado consume tres, cuatro o cinco piezas del contenido que has generado.
Piensa en tu nicho. En lo que quiere, en lo que le gusta, en lo que ama, en lo que necesita. Lo demás, aunque esté lleno de números y followers, no será más que una distracción que te desviará del camino. Es mejor irte a dormir sin miles de visitas artificiales que despertar pensando que esos grandes números son resultado de tu nicho más que de tu ambición. El atajo para que el camino sea más corto no es la traición a un nicho, es la bola de nieve que un día cualquiera será avalancha por la voluntad y devoción de cada miembro de ese nicho al que decidiste conquistar.