Situación de cambio
Es una cuestión de enfoques. No de capacidades. Es natural que tu cerebro se niegue. También que tus emociones te digan que en casa hay otras actividades que te ofrecen beneficios inmediatos mayores. Y cuando ni el corazón ni la razón quieren, toca manipular la situación. A esa sí que puedes moverla.
Si dices que no se te da el home office, es posible que tu productividad haya siempre estado basada en la situacionalidad. Un lugar es también un mensaje. Y cuando estás en una oficina se crea una narrativa que te lleva a activar tus deseos de productividad. A la razón se le mandan múltiples argumentos para estar activo en un contexto en el que los demás también lo están. Las horas de entrada y de salida te entregan un principio y un fin que se transforman en detonantes de acción. A la emoción se le envían múltiples elementos de competencia y superación para que desee poner manos a la obra. Con la situación impulsas a los dos pilares que configuran tu comportamiento y actividades. Creas un marco sobre el que te mueves bajo el entendido. de que a diario se cierra y se abre el telón. Construyes un contexto que te permite activarte en una modalidad on/off que también te lleva a desconectarte en cuanto sales de él. Cada día eres una ficha en un tablero de juego en el que entiendes qué es lo que te toca hacer.
Es natural que te sientas descontrolado. De pronto eres la misma ficha, pero te has quedado sin tablero. O peor aún, te han puesto en un tablero que no te corresponde. Como si de pronto un número del Rummy acabara en el Scrabble. O como si fueras un número entre puras letras. Tu marco de trabajo se ha hecho trizas. Y entonces el elefante que es la motivación se niega a moverse salvo que sea para hacer lo que solías hacer en el tablero en que ahora te encuentras. Poner Netflix. Dormir. Follar. Comer. A la razón también le faltan argumentos. Sí, ahí está el hecho de que hay que seguir trabajando pese al encierro, pero se activa en ella la conciencia del mínimo indispensable. Cumple y ya está. Haz acto de presencia a distancia. Manda un par de correos y listo. Hagas lo que hagas seguirás ganando lo mismo. La responsabilidad colapsa frente al confort.
Las nuevas generaciones entienden mejor cómo manipular la situación. Para ellos una computadora o un smartphone son tanto. entornos de trabajo y de educación como de entretenimiento. Asumen que a través de las herramientas pueden activarse y desactivarse como creadores y como consumidores. Generaciones anteriores, en cambio, se activan y desactivan a partir de la ubicación. Este espacio es para trabajar. Este espacio es para entretenerme. Vaya, incluso se vestían distinto para cada escenario. Como si fuera indebido divertirse con una corbata. Y como si fuera irresponsable trabajar en tenis.
Entiendo que la motivación y la razón se nieguen. En Switch, libro dedicado a la gestión del cambio, se mencionan esos dos elementos más la situación como las tres piezas a considerar para lograr una transformación. Pero es justo la comprensión sobre el contexto la que nos puede llevar a otro lugar. Si algo ha cambiado, primero por voluntad y ahora por fuerza, es que antes la situación propicia para ser productivo te era dada, ahora puede y debe ser creada.
Los emprendedores un día torcieron su realidad para construir una nueva. La razón seguro que les decía que se quedaran donde estaban. La motivación seguro que flaqueaba ante el confort de lo de siempre frente al misterio de lo incierto. Pero es el cambio a su marco de trabajo el que los llevó a transformarse.
Convéncete. O engáñate. No importa cómo pero tienes que crear el contexto adecuado para que de una vez por todas entiendas que tú haces el tablero. Que en tu casa puedes ser productivo y entretenerte. Puedes crear y consumir. No es que el home office no sea para ti. Es que no has sabido crear la situación que necesitas. Como cuando aprovechas una pelota al área. O como cuando por fin te quedas a solas con quien te gusta. Eres una sola pieza. Y tu casa un tablero universal con el que puedes hacer lo que quieras. Solo tienes que entenderlo.