Tik Tok y Covid, las dos realidades de la humanidad

Mauricio Cabrera
5 min readAug 9, 2020

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Una mirada selectiva. Un espejo hecho a nuestra medida. Más para evadir que para enfrentar la realidad. Las redes sociales dicen mucho de la humanidad que las adopta. Pero aunque se insista en lo contrario, y por más tiempo que invierta Silicon Valley asegurando que lo suyo es permitir la conexión de la humanidad y que ésta construya conexiones auténticas, sirven más para ocultar que para mostrar. Las fake news no son la única farsa que ha germinado abrazada por los algoritmos. La fake society vive divorciada de la verdad. Y aunque algún golpe de conciencia sí que ha recibido, se las ha vuelto a ingeniar con ayuda de la tecnología para abrazar la atemporalidad como su narrativa predilecta para el 2020. Ante las libertades coartadas, ha consolidado el lifestyle on demand.

De Instagram han de reconocerse dos nuevas facetas. La que quiere mostrar para mantenerse vigente y la que la gente le ha construido a falta de turismo, fiesta y ostentación. La primera es una evasión institucional y social. Instagram pretende abandonar la cotidianidad de las Stories y las postales utópicas del feed por el contenido evergreen y despreocupado de Tik Tok en forma de Reels. A falta de nuevas actividades que consignar, y porque a estas alturas nuestras aspiraciones atléticas desde el hogar han dejado de ser novedad y tendencia, más vale plagiar un modelo tailor made para la pandemia. Tik tok, o Reels que al final son lo mismo, representan el gran escape creativo para la sociedad actual. Hacer chistes que duran quince segundos pero que se repiten una y otra vez hasta hacerse virales. Acudir a los estereotipos para hacer reír al que está frente a su smartphone. Bailar con sensualidad desconocida hasta por el antro que hoy se encuentra cerrado. Todo sin fecha de caducidad. Todo producido para pasarla bien cuando la estamos pasando mal. Ante la dificultad para vivir hoy, mejor vivir en el loop infinito del lip sync y los algoritmos que siempre nos dan más de lo que queremos en ese momento. A falta de breaking news que no contengan muerte, preocupación y crisis, el entretenimiento evergreen se hace estilo de vida.

Instagram, con su implementación de Tik Tok, es hoy una plataforma en dos tiempos. La de la indiferencia ante el tiempo que pasa relatada por una humanidad que no para de reír. Y la del presente que se relata con causas sociales, superación personal y emprendimientos express para sobrevivir a una realidad que se construye al momento y cuyo único loop es el del encierro, las videoconferencias y la ansiedad. Éste representa la otra nueva faceta de Instagram. Reportes indican que donde antes abundaban los trajes de baño, las playas y las fotos artísticas hechas por personas comunes con supuestas vidas extraordinarias ahora aparecen posteos con tal cantidad de texto que pudiera decirse que la gente está leyendo y que desde los posteos mismos ha comenzado a compartirse información sobre lo que pasa en las calles. Se dice, en pocas palabras, que Instagram se ha puesto serio. Que ahora hay espacio para las letras, las infografias y los explainers. Claro, se trata de una moda tan pasajera como lo terminé siendo la pandemia. De a poco, ante las gráficas aplanadas por el éxito de la estrategia de contención o por la efectividad de excel que todo permite, reaparecen las reuniones y las vidas utópicas, solo que para evitar el escarnio dichas historias se reservan para los mejores amigos.

La evasión es la constante en los seres humanos. Y mientras algunos han fracasado en su intento de hacerlo, a grado tal que por fin se han atrevido a crear el proyecto que tanto tiempo habían postergado, hay muchos que encuentran en Tik Tok el consuelo perfecto para seguir pensando que la vida es siempre un desmadre con final feliz. Baila, ríe, canta, bromea. La vida que pasó de los filtros estéticos a los filtros emocionales.

Cuando llegue la hora de compactar el 2020 en un resumen de unos cuantos minutos descubriremos un constante que desnuda cómo somos y quiénes somos. Si antes se mencionaba que pese a nuestras quejas el mundo en realidad estaba mejor que nunca, como señalan los datos mundiales de expectativa de vida, de alfabetización y la reducción de la hambruna a nivel mundial, hoy ni siquiera ese consuelo queda. Vivimos una crisis económica que no se producía desde las Guerras Mundiales. El racismo y la desigualdad que tanto hemos prometido combatir encuentra manifestaciones que hasta antes de este 2020 pensábamos extintas. Salimos de casa con temor a contraer el virus o a ser señalados por los que dicen que no debemos exponernos. Estamos en casa en un encierro con un tiempo limitado para salir, como los presos y esa hora en que tienen permitido pisar el patio para que les dé la luz del sol.

En ese contexto que habrá de mostrar a una humanidad con cubrebocas, a millones de personas desempleadas y a los recién egresados de universidad como los más afectados por la crisis de la pandemia, se hablará también de esa red social en que las nuevas generaciones, y las viejas que de a poco deciden montarse, hacen bromas en cadena, bailan para celebrar la vida y hasta recurren al soft porn como un camino hacia la viralidad y hacia la fama.

El 2020 tendrá dos realidades. La del covid 19 que se percibe en la calles y desde nuestras ventanas y la de Tik Tok, que es la de Instagram Reels, con nosotros haciendo las bromas que nunca. Habrá quienes digan que aún en las peores circunstancias la vida debe celebrarse. Pero también quienes piensen que en la evasión está una de las grandes claves de nuestros problemas. Cuando llegue diciembre mira con atención los anuarios de los medios de comunicación y recuerda que pese a las evidencias, a los humanos no nos gusta vernos en el espejo. Y para mentirnos están las redes sociales, porque aunque ahora leer e informarse no esté prohibido en Instagram, el 2020 será recordado por el loop infinito de bailes y bromas de Tik Tok. Por eso y porque un virus nos quitó la libertad. Está en nosotros decidir cómo lidiar con las dos realidades. La que creamos y la que vivimos.

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Mauricio Cabrera
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Written by Mauricio Cabrera

Storyteller, escritor, conferencista y analista de nuevos medios. Hago un newsletter sobre marketing y medios. Tengo mi propio podcast.

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