Todas las preguntas del mundo
Hazte preguntas. Y cuando encuentres respuestas, hazte nuevas preguntas. Es el mejor modo para lanzar un proyecto. Y también el mejor para estar preparado a la hora de defenderlo.
Si tú tienes una duda, alguien más la tendrá. No dejes al aire lo que sabes que puedes preparar. Más que resolver la duda de alguien a quien vas a presentarle, estarás adquiriendo nuevas ideas para poder atacar cualquiera que sea el problema que se plantee.
Mark Thompson, CEO del New York Times, afirma que la innovación no es más que el continuo proceso de preguntarse. Lo dice porque cualquiera que haya realizado un proyecto entiende que a cada certeza llega una nueva pregunta. Y que es esa dinámica incesante la que por un lado nutre la innovación y la que por el otro te hace estar alerta para evitar estancarte.
Que te cuestiones no significa que ejecutes hasta que tengas todas las respuestas. Si cayeras en eso, nunca empezarías. El hallazgo de respuestas sirve para trazar el camino anticipando lo que pudiera ocurrir. Te hace actuar conociendo el margen de maniobra. Te permite dar un paso sólido mientras vislumbras los siguientes.
A tu empresa mírala con la curiosidad del que todo quiere preguntar. Incluso si tu negocio registra números óptimos, piensa qué podría estar faltando. De qué modo podría mejorarse ese modelo o incluso reventarse, dado que conocer tus debilidades y amenazas es tan importante como identificar tus fortalezas y oportunidades.
Que no te dé miedo cuestionarte lo qué haces. Ni cuando eres dueño de tu empresa, ni cuando trabajas desarrollando una idea. Las dudas amplían nuestra propia visión. Son necesarias para ver más allá. Si bien las matemáticas te darán certezas, las dudas y preguntas ejercitarán tanto tu entendimiento del negocio como tu capacidad para aceptar las dudas de otros sin sentirlas como una ofensa.
Ama tu producto tanto como para estar dispuesto a defenderlo ante cualquier pregunta que pueda surgir. Sin ofenderte. Sin sentir que te atacan. Sin pensar que alguien ha dado en el punto clave que mata tu idea. Acepta todas las preguntas que necesites y dedícate a encontrar el cómo sí. El resultado ante tanta pregunta resuelta será por fuerza de éxito.